viernes, 27 de diciembre de 2013

Las películas navideñas


¡Feliz navidad bebes! 
Sé que voy un poco tarde, y que ya estamos a día 27 pero he andado ocupada con todos los compromisos navideños propios de estas fechas. Bueno, básicamente comiendo como un cerdo para que nos vamos a engañar. Aun así he de decir que yo soy una discriminada en potencia en navidades puesto que ni me gusta el turrón, ni los mantecados ni el marisco (por lo cual no me pongo ciega a gambas). Aun así, como soy gafe, soy la única de mi familia que se ha puesto mala pasadas las tres comidas propias de estas fechas, retrasando así mi ida de vacaciones. 

Bueno no estáis aquí para leer mierdas sobre mi vida. Bueno en realidad sí que lo estáis. Estáis aquí para leer mi entrada navideña. Esta entrada podría ser la típica hablando de lo horribles que son las cenas de navidad. Peeeeero, como mi familia es la másmejorfamiliadelmundo he de decir que adoro la navidad y lo que más adoro de ella son las cenas en familia. Ohhh Trece se nos pone cursi... 

El otro día estábamos toda la familia reunida en el sofá de mi casa (cosa que pasa bastante a menudo) cuando empezó una de esas películas de domingo por la tarde de antena 3. Una de esas películas americanas navideñas que tanto nos gustan. La conversación a raíz de eso fue algo como esto: 

- Mama, cambia de cadena, que va a empezar una de esas odiosas películas. 
- Tsss, calla que yo la quiero ver. 
- Mama, es una mierda, lo estas viendo, es una mierda. 
- Si, si pero calla. 

Como consecuencia de esto nos tragamos la película entera, enterita. Y fue entonces cuando analicé unas cuantas cosas que tienen en común todas estas películas. Y ese va a ser el tema de la entrada de hoy: PELÍCULAS NAVIDEÑAS. Dios mío no es normal hacer introducciones tan largas. 

EL INCRÉDULO
Uno de los personajes más típicos de las películas navideñas es ese escéptico personaje al que la vida ha maltratado (el cual suele ser un hombre de ya avanzada edad) que no cree en la navidad ni en la fuerza de los sueños. El sujeto en cuestión va por ahí rompiendo las ilusiones de los niños hasta que se cruza con uno que le demuestra el verdadero significado de la navidad y le hace recobrar la ilusión. 

EL PADRE CORPORATIVO
Ese es padre americano que trabaja demasiado y no tiene tiempo para ver a sus hijos. Este personaje cobra protagonismo cuando un niño se levanta de la cama con su oso de peluche y mira de rejo por la puerta del comedor presenciando la siguiente discusión entre sus padres:
- ¿Es que no vas a pasar el día de nochebuena con nosotros? 
- Cariño estamos hasta arriba en la oficina y saldré muy tarde no creo que sea posible. 
- ¿Saber como esta el pequeño Timmy desde que le dijiste que pasarías la nochebuena en casa? ¿Como piensas decírselo? 
- No lo se nena, me duele a mi más que a ti.
Y de aquí nos trasladamos a la siguiente escena en la que el jefe se encuentra diciéndole que tiene que quedarse a trabajar un par de horas más. Es en ese instante en que el padre se da cuenta de que la familia es lo único que importa. Manda a la mierda al jefe y echa a correr atravesando las carreteras de Nueva York al grito de muchos conductores diciendo: "¿Eh amigo, es que no sabes por donde vas?". Y, contra todo pronóstico el padre llega a tiempo para ver al pequeño Timmy abrir sus regalos. 

EL DEPENDIENTE DE LA TIENDA DE JUGUETES
Este personaje tiene una breve pero importante actuación en el transcurso de la historia. La escena es la siguiente: El padre del niño, despistado y desastre, recuerda de ir a comprar el regalo el mismo día de nochebuena por la tarde. Aquí es cuando se encuentra al típico dependiente de tienda que le manda a tomar por culo con una sencilla frase: 
"Oye amigo ese juguete lleva meses agotado, es lo que tiene dejarlo todo para último momento". 
No obstante, no me preguntéis como, cuando todas las tiendas han cerrado y el padre ha perdido la esperanza aparece algún milagro divino con el cual el padre consigue al fin dicho juguete. 

Y bueno hasta aquí mi entrada navideña. Ahora os a vosotros en los comentarios decirme que os parecen estas películas navideñas y si estáis de acuerdo con que todas son iguales. 

A mi solo me queda desearos una Feliz navidad y deciros...

¡SED BUENOS SI PODÉIS!



domingo, 22 de diciembre de 2013

Yo, por escrito

Justo un mes hace que publiqué mi última entrada. Tengo la impresión de que apenas fueron unas tristes semanas. Tampoco está justificado el hecho de que unos tres meses apenas haya publicado unas tres o cuatro entradas. 

La verdad es que mi plan era ir aumentando el ritmo, así, sin avisar, y ir compensado este parón poco a poco, pero me parece que la entrada de hoy es totalmente necesaria, sino para vosotros, al menos para mí. En esta entrada voy a explicar el motivo de mi ausencia y lo que ha sido de mi vida y que ha estado metido en mi cabeza en estos últimos meses. Quiero dejar claro ante todo que esto no es, en absoluto, una justificación por mi desaparición. En esta entrada voy a ser absolutamente yo. Yo por escrito, expresando mis preocupaciones y sentimientos. 

Antes de empezar quiero avisaros de diversos puntos. Esta entrada no va a ser algo corto. Va a ser extensa, personal y puede que hasta aburrida. Así que avisado estás. Quédate a leerla solo si quieres. 
Ahora sí empezamos. 

Hay gente en la vida que se mueve sin objetivos, por inercia, sin plantearse realmente sus metas ni hacia donde se dirige realmente. Yo nunca he sido de esas personas. Soy una persona de ideas fijas que suele tener las cosas cuanto menos claras. Hace ya unos años que tengo un objetivo en mente. Una meta a la que quería llegar pase lo que pase, era algo que tenía muy claro. Hasta empezar este año. 

Al terminar el verano empecé esta nueva etapa con muchas ganas. Quería hacer tantas cosas cuando empezara septiembre. Lo tenía todo organizado. Iba a esforzarme cada día para poder sentirme orgullosa de mi esfuerzo y resultados cuando todo acabará. Pues bien, no ha sido así en absoluto. 

Todo empezó a ser un poco raro. Los resultados obtenidos no fueron para nada buenos y en mí abordaba una sensación de que no hacía nada bien, que era incapaz de hacer las cosas como tocaba y que, por más que me esforzase, no obtendría ningún resultado. Todo aquel carro de pensamientos negativos empezó a ser nocivo para mi. Yo, que soy la persona más tranquila y pausada del mundo, que me tomo las cosas con una calma abrumadora y que soy la persona más racional que existe, empecé a pasar por círculo de agobio constante, en la que cualquier tontería resultaba para mi que el mundo se desmoronaba. 

En todo aquel entorno me daba la impresión de que no tenía tiempo para hacer nada. Apenas salí, apenas hice ejercicio y, por supuesto, apenas me centré en el blog. Todo mi mundo giraba entorno a lo mismo. Pese a eso, el hecho de centrarme en una sola cosa y dejar de lado el resto solo hizo que realmente me agobiara más y no hiciera bien nada de lo que tenía que hacer. 

Dicho todo esto llegué a un estado de desidia y desmotivación. No paraba de autoaplicarme a mi misma los consejos que le daría a cualquiera para motivarle en esa situación. No obstante, eso me animaba un solo momento y el resto del tiempo todo iba igual. Es entonces cuando te planteas renunciar, dejar de luchar, conformarte con un plan B, quedarte en el "tampoco esta tan mal esto otro". 

Después de todo esto solo queda pedir ayuda a las personas que tienes alrededor. En ese momento fue cuando me di cuenta de que los consejos que me autoimponia no eran más que excusas que me impedían hacer lo que sabía que debía hacer. La gente de mi entorno me ayudó. Me hizo ver todo lo que estaba haciendo mal y donde tenía que aplicar el cambio para que la maquinaria volviera a funcionar como debía. Ahí es cuando al fin ves una salida, te das cuenta de que, cuando las cosas no funcionan es porque no estabas dando el cien por cien. 

Como no, voy a tomarme este comienzo de año como una oportunidad para enmendar los errores cometidos entre 2013. En cuanto al blog, he de decir que estoy decidida a continuar escribiendo. Disfruto mucho haciéndolo y creo que puede constituir una importante válvula de escape para mi. 

Y por último quiero acabar con un consejo. Luchad y no os rindáis. Si queréis algo pelead por ello, dejad de ser realistas y de pensar en que es imposible. Y sobre todo, nunca tiréis la toalla. A veces las cosas no salen como uno quiere, y todo tarda un poco más en llegar de lo esperado. Igual no conseguís lo que queréis al primer intento, ni al segundo, pero si estáis dispuesto a morir intentándolo lo conseguiréis. No os conforméis con un plan B, eso solo os distraerá del plan A. Y, sobre todo, nunca os digáis a vosotros mismos lo que no podéis hacer, solo pensad hasta donde sois capaces de llegar. 

Nos vemos pronto...
¡SED BUENOS SI PODÉIS!